domingo, 18 de diciembre de 2011

El caso de Ramón Padilla Coello: ¿suicidio o asesinato?

El día 8 de junio de 1931, una trágica noticia corrió como pólvora en la entonces tranquila ciudad de Choluteca: El poeta Ramón Padilla Coello, se había suicidado. Aparentemente, a primera vista, parecía un suicidio. El poeta yacía sentado, bañado en sangre y una pistola caída a sus pies. Tenía un disparo en la sien, con orificio de salida, que le llevó la vida instantáneamente. El hecho ocurrió a las 6:30 de la tarde, del día arriba citado, cuando Padilla Coello, visitaba en su casa de habitación a su amigo Antonio Zelaya, a quien le unía una estrecha amistad de muchos años. Aparentemente, no existía razón alguna para que el poeta Padilla Coello, tomara esa aciaga decisión, a pesar de su infortunada afición alcohólica constante. Eso despertó sospechas entre familiares y amigos del malogrado vate, ya que Padilla Coello, no tenía pistola, y el pistoletazo fatal, se lo había dado con el arma de su amigo Zelaya. El dictamen forense practicado al cadáver, arrojó dudas con respecto a la forma y trayectoria de la bala asesina, por lo que el joven Zelaya fue capturado y etiquetado como  sospechoso. La verdad nunca se supo y hoy la historia registra el desaparecimiento de un poeta en plena etapa creativa, víctima del negro destino que persigue a  los aedas desde siempre.






Las lecturas en el "Rancho del Artista"

Cuando Clementina Suárez se desposó con el pintor salvadoreño, José Mejía Vides, en 1949, dio luz a uno de sus proyectos más  soñados : Crear un espacio cultural, que sirviera como punto de convergencia a los artistas locales y a los de tránsito. Fue así como surge el  "Rancho del Artista", en una cabaña rural de adobes, que quedaba en la salida de la capital salvadoreña, hacia la carretera que va a Santa Tecla. Una vez remozado y acondicionado el local, se dieron cita las amenas tertulias entre los intelectuales que disfrutaban del calor del círculo de amigos de Clementina, que mostraba desde ya, su inclinación por las artes plásticas. Además, de las exposiciones, conferencias y actividades propias de un sitio como aquel, se daban lecturas poéticas y conversatorios. A tales lecturas asistía numeroso público y poetas a viva voz. Estas fotos muestran el momento en que dos poetas hondureños, Eva Thais y Rafael Paz Paredes, comparten ese momento intímo de leer sus creaciones, ante la mirada atenta y noctámbula de Clementina.




sábado, 17 de diciembre de 2011

LA BODA DE ARTURO MARTINEZ GALINDO

Arturo Martínez Galindo, se casó con Luisa Bennaton, en Nueva Orléans, el 30 de septiembre de 1929. Martínez Galindo había viajado a ese lugar, huyendo de la represeión desatada contra él y los miembros del grupo "Renovación" por el gobernante de turno, Miguel Paz Baraona. El matrimonio tuvo dos hijos: Bennaton Martínez Bennaton, ya fallecido y María Eugenia, quien vive todavía en Estados Unidos. El matrimonio duró varios años y terminaron por separarse. Producto de este suceso, Martínez Galindo, escribió el sentido poema "Todo fue tan sencillo".

viernes, 16 de diciembre de 2011

Eduardo Berlíoz Aceituno. El poeta del ocio

Primer plano del poeta.


Foto de juventud, portando el uniforme de la Academia Militar de Fishburn, Estados Unidos.


Su primera esposa, la bellísima Sara Maciel, de origen mexicano


Eduardo Berlíoz Aceituno nació en Comayagua, el 21 de abril de 1907. Sus padres fueron la amapalina Estebana Aceituno y su padre, el rico comerciante comayagüense, Eduardo Berlíoz Ulloa; este último, descendiente de Victorina Berlíoz, realizó estudios sobre finanzas en Alemania, lo que le valió conocer y contactar comerciantes que más tarde hicieron en Honduras su segunda patria. Su asociación con la Casa Alemana Rossner, le permite realizar importantes negocios, a través de los cuales amasó una considerable fortuna. De tal situación también se deriva el hecho de contraer nupcias con una amapalina, pues Amapala era entonces el centro del comercio y la inmigración alemana a principios de siglo XX.
El hogar de Don Eduardo y Doña Estebana estaba formado por cinco hijos, todos ellos varones: Arturo, hijo de Estebana; Eduardo, Fernando, Jorge Arístides y Gustavo, quien muriera a temprana edad.
Una vez terminados los estudios primarios en su solar nativo, el joven Eduardo se decide por la carrera de las armas y dada la capacidad económica de su padre, los realiza en la academia militar de Fishburn, EE.UU., donde obtendría el grado de Bachiller, iniciando posteriormente estudios de Medicina, en Nueva York, los que abandona para iniciar estudios de ingeniería en Filadelfia, los que tampoco termina. Su periplo académico por granjearse una profesión respetable lo conduce a Guatemala, donde sus padres vivían por ese entonces y donde retoma sus estudios de Medicina.
Es en este tiempo que cuenta entre sus compañeros de estudio a Ramón Villeda Morales, quien en 1957, llegaría a ser Presidente de Honduras.
Es en el año de 1933 que el estro del joven Berlíoz, toca fondo. En ese año publica un pequeño libro de versos de la mejor estirpe modernista y que eufemísticamente tituló Horas de Ocio”.
Lidiaba ya en él, en su pasión adolescente, la fuerza del amor, exteriorizando el mismo en una agraciada jovencita mejicana de rostro soñador de nombre Sara Masiel, residente en Honduras por ese entonces. La joven Sara, hace sentar cabeza a aquel joven viajero y amante del buen vestir, al casarse con él en 1934, en Tegucigalpa. Dos hijas, las únicas, que el poeta tuvo, pronto vinieron a la vida: Martha y Sara Victorina. Sin embargo, una sombra acechaba la vida conyugal de Eduardo y Sara: la muerte. Esta tomó cuerpo en Sara, quien falleciera después de una extraña enfermedad el 16 de julio de 1939.
En 1942, ya viudo, el poeta Berlíoz emigra a Guatemala, ya por persecución política (militaba en el liberalismo), ya por olvido y conmiseración. Estando allí contrae nupcias por segunda vez con la guatemalteca Alicia Aparicio, con la que vive largos años sin procrear hijos.
La apertura democrática del Presidente Juan Manuel Gálvez en Honduras hace a la familia Berlíoz, retornar al hogar patrio (es bueno recordar que una de sus hijas, Martha, es apadrinada por Don Julio Lozano Díaz). Viviendo en la capital hondureña, el poeta Berlíoz es víctima de un brutal accidente que lo hace pasar cerca de once años, conminado a una silla de ruedas.
En estas circunstancias y en el año de 1967, el 2 de noviembre y a la edad de sesenta años, muere en Tegucigalpa este hombre aventurero y bohemio, elegante, y que vivió el ocio necesario para escribir poesía. 



 Fuente: Poetas de Comayagua, La musa de Molina editores, Tegucigalpa, 2011.





DOS CARICATURAS DE VICENTE MONTERROSO LOBOS






Fuente: "Escritores a la tinta". Proyecto editorial de José González. 2012

Teresa Morejón de Bográn: La alondra de Chalguapa

Chalguapa, era una opulenta hacienda, situada como a 4 kilómetros, de lo que es hoy el municipio de El Negrito, Yoro, a las márgenes del río "Cuyamapa".  En esa hacienda, nació el 20 de octubre de 1860, Teresa Morejón, considerada entre la primera promoción de poetisas hondureñas.Fueron sus padres, José Antonio Morejón y Faustina Ferrera. Teresa fue la menor de otras dos hermanas: Fidelia y Francisca.Su vida en Chalguapa transcurre en forma apacible y bonachona y termina cuando contrae matrimonio, en 1879, con Luis Bográn, a la sazón Gobernador Político de Santa Bárbara y  quien más tarde,  llegaría a gobernar Honduras en dos oportunidades.En Santa Bárbara,  mantuvo relaciones de amistad, con Josefa Carrasco, otra poetisa de su generación. Teresa era amiga del padre de Josefa, don Cándido Carrasco y a él le dedica uno de sus primeros poemas, fechado en 1876.
Fue madre de 5 hijos: Gertrudis, Concepción, Josefa Hilaria, Luis, Antonio y Román. En 1914, cuando su hijo Antonio es nombrado Superitendente del Ferrocarril Nacional, emigra a San Pedro Sula, donde fallece, el 4 de febrero de 1929. Así se calló para siempre, "La alondra de Chalguapa"        

Expresidente Luis Bográn, quien fuera esposo de Teresa Morejón

Alejandro Alfaro Arriaga: Poeta en el limbo

Fotografia de Alejandr Alfaro Arriaga, tomada el 28 de noviembre de 1930 (Esta foto, se muestra por primera vez en Honduras)
 Nació este portentoso hondureño,en Naranjito, Santa Bárbara, el 17 de julio de 1907. Fue poeta y ensayista. Después de realizar sus estudios primarios  en Naranjito, partió hacia Santa Bárbara, donde realizó estudios de Magisterio, para culminarlos en la Escuela Nacional de Varones, en 1926. En 1931, partió para Guatemala, donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias y Letras, un año después. Gran parte de sus poemas fueron antologados en la Revista “Tegucigalpa”, en 1930, a través del esfuerzo de Jorge Fidel Duròn. Realizó estudios de Jurisprudencia en la Universidad Central, hoy Universidad Nacional Autónoma, donde egresó en 1937.  Posteriormente, realizó estudios superiores en la Universidad de Boulder, Colorado. Fue Subsecretario de Relaciones Exteriores en 1956  y Consejero de Estado. Murió en Tegucigalpa, el 7 de noviembre de 1976.
En vida y en la rama de ensayo y linguística publicó: Prosodia castellana (1937); Lecciones de Etimología (1941); El Sabio hondureño, don José Cecilio del Valle, en la IX Conferencia Internacional Americana (1954); Rubén Darío. Precursor de la prosodia castellana (1964),


AMANECER EN LA HACIENDA

Al clarear bellísimo de la madrugada trina el clarinero,
loco, en la enramada; y los terneritos dentro del corral,
jugando, jugando, todos confundidos, parando la cola y dando berridos al llegar la vaca 
pónense a mamar. Silbando "Pagano", Juan el corralero, con rejo y cubeta,gacho su sombrero
arrea las vacas,se pone a ordeñar; mientras Casimira, negra formidable, con el pelo suelto,
chiqueona y amable, viene de la fuente con el nixtamal.
Don Fruto, el patrón, de mirada austera, con doña Socorro, su fiel compañera,
gritan de la cama, pidiendo café;
las dos consentidas, Leonela y Mariana, al sabor dulcísimo de la mañana
roncan todavía detrás del cancel. 
Un sabueso ladra al mozo que pasa; 
chillando los cerdos rodean la casa y en la cuadra el asno rebuzna las seis.
Un macho cabrio salta sobre el horno;
y entre las gallinas, a modo de adorno, abre su abanico un pavo montes.
Los pollitos hechos un puño, con frio, gritan tras la hornilla: "pío, pío, pío", 
y el gato entilado salta del comal la lora en la estaca pide masa o queso, 
y mientras dos perros pelean un hueso, un pato, asustado, dice: "paz, paz, paz".
La criada prepara huevos estrellados:
saltan en la olla frijoles parados y un pollo guisado pugna en el sartén.
Don Fruto y su esposa, Leonela y Mariana, algo despeinados, con no poca gana; 
piden, precisados, tamal y café. En la loma corta robles un hachero. 
Chapodan los mozos, rondando el potrero para darle fuego cuando llegue Abril. 
Al pie de la falda, muy cerca del río, 
aran un extremo prado labrantío donde el buen don Fruto sembrara maíz. 
El pinar sonoro perfuma el ambiente, el sol que ya irrumpe, curioso, el oriente,
la gárrula Hacienda inunda de luz. Los pájaros todos saludan al día: 
todo en la campiña viste de alegría y hasta el mismo cielo se ve mas azul. 
Yo adoro esa vida que allá en una estancia guarda todavía la suave fragancia 
que envolvió en efluvios mi edad infantil. 
Aun vaga el recuerdo, perdido, en los llanos, donde con mis primos,
amigos y hermanos tirábamos piedras al conejo gris. 
Nunca se me olvida la abuela paterna que me acariciaba, solicita y tierna,
allá en una hacienda llamada "El Conal";
me daba en un plato fresca mantequilla, un huevito tibio, riguas o tortillas 
café en una taza y leche en guacal. 
Qué hermosa es la vida del campo bendito. 
Allá es mas cerúleo y hondo el infinito; 
lejos del ruido del mundo soez; allá en los altares que ofrece Natura, 
el alma se siente saludable y pura, y toda amargura se cubre de miel.
Por ello no olvido la Hacienda lejana, donde el agua es fresca,
bella la mañana, majestuoso el río, verde el robledal; y cuando suspiro, 
pensando en la estancia,
con el dejo amargo que da la distancia siento unos deseos grandes de llorar.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Ricardo Diego Alduvín y "Tierras, mares y cielos"

En 1929, Ricardo Diego Alduvín, tomó bajo su cargo, la representación hondureña en México. Ese país no le era extraño, pues en 1911, obtuvo el título de Doctor en la Universidad Nacional Autónoma de México. Por sus aportes a la Revolución Mexicana, fue declarado veterano civil de la Revolución.
Moliniano de corazón, intuyó que la obra de Molina, debería darse a conocer fuera de los ámbitos patrios, sobre todo en México, que por ese entonces, tras una vigorosa revolución nacionalista, era la meca cultural por antonomasia en América. Por tal razón, tomó la desición de editar la obra moliniana en verso, en una edición de bolsillo, formato revolucionario en aquellos años. Así, la segunda edición de "Tierras, mares y cielos", en verso, vio la luz en la capital mexicana, en 1929. Hoy este libro, forma parte de las rarezas bibliográficas de nuestra literatura
Ricardo Diego Alduvín, nació en 1883 en Comayaguela y murió en Masaya, Nicaragua, desterrado de su patria por razones políticas, en 1961.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

ARTICULOS DE JOSE R. CASTRO EN REVISTAS CUBANAS




1937

José R. Castro, nació en Comayagua en 1909 y murió en Bogotá, Colombia, en 1968. En vida se distinguió como escritor y enjundioso periodista. Curtido por el exilio, al cual salió en 1932, a causa de la elección del General Tiburcio Carías Andino para Presidente y adelantándose a la represión venidera. Después de un tránsito corto por Nicaragua y Costa Rica, desembocó en su ruta peregrina en La Habana, Cuba, donde sus méritos como periodista le fueron reconocidos de inmediato. Allí publicó tres libros de poemas y su pluma erudita  y recia, pasó a ser colaboradora de los principales periódicos y revistas cubanas de la primera mitad del siglo XX. Este trabajo antológico, trata de rescatar su memoria y su talento, al brillar en el periodismo cubano y latinoamericano para orgullo de los hondureños, faceta casi desconocida en nuestro medio.

Bohemia, 22 de octubre de 1944
Carteles, 11 de mayo de 1952
Carteles, 2 de julio de 1939.
Carteles, 5 de septiembre de 1937
Carteles, 12 de septiembre de 1954







La exhumación de Juan Ramón Molina

Foto poco conocida de Molina, en la que se advierte su augusto porte

La exhumación de los restos de nuestro gran poeta, Juan Ramón Molina, se llevaron a cabo el 3 de marzo de 1918, en el cementerio de San Salvador, El Salvador, país donde había muerto en 1908. Durante 10 años, los restos del malogrado vate, reposaron en paz, mientras los hondureños, tratando de recuperar su memoria, concibieron estrategias para retornar sus restos al país donde nació. Por Honduras, tomó representación en los actos de exhumación, el intelectual Salvador Turcios Ramírez. Estas fotos unicas en Honduras, atestiguan el momento de la exhumación y la docta velatoria de los restos.



Fuente: José González:"Archivos de la Memoria", 2012

Juanita Zelaya, musa platónica de de Froylán Turcios

Imagen  cándida de Juanita Zelaya, 1925




Juanita Zelaya, nació en Salamá, Olancho, el 2 de febrero de 1909. Fueron sus padres, Gregorio Zelaya y Juana Zelaya. Musa platónica de Froylán Turcios,  a quien conoció en un viaje que junto a su madre, hizo a Tegucigalpa y con quien mantuvo una relación epistolar muy íntima, que más tarde le costó la vida. Aunque nunca publicó en forma de libro, su poesía es recogida en  la antología “Honduras: Mujer y poesía” que publicara en el año de 1998, Ada Luz Pineda de Gálvez. Juanita Zelaya firmaba sus versos escudándose en el seudónimo “Thaoser”.
El 20 de agosto de 1934, a la temprana edad de 26 años, cae asesinada en su pueblo natal, por un  enamorado no correspondido, llamado Manuel Santos, quien al verse rodeado por la policía, se suicidó. Como dato curioso, a otros dos hermanos de J. Zelaya, los asesinaron, Antonio, el 14 de septiembre de 1949 y a Gregorio, el 30 de noviembre de 1953. Los tres reposan en un mismo lote, a la entrada del cementerio de Salamá, la ciudad que los vio nacer y  morir.

 Casa conventual donde nació Juanita Zelaya en Salamá




 Tumba donde descansan los restos de la malograda Poeta

martes, 13 de diciembre de 2011

Margarita Paz Paredes

Margarita Paz Paredes, se llamaba en realidad, Margarita Camacho Baquedano. Nació en  Guanajuato, en 1922. Al casarse con el poeta hondureño, Rafael Paz Paredes (1911-1974), tomó los apellidos de este y calza con ellos, sus futuros y copiosos libros de poesía. El matrimonio Paz Paredes, procreó dos hijos: Sigfrido y Yamilé, esta última cultora de la palabra, como sus padres.Después de residir muchos años en México, el matrimonio se trasladó a Honduras, específicamente, al puerto de Tela, donde vivieron mucho tiempo. Posteriormente,Rafael Paz Paredes y su esposa, tomaron la decisión de separarse y seguir ambos, nuevas vidas. Rafael contrajo segundas nupcias con la hondureña, Alicia Quiñonez, con la que vivió hasta el fin de sus días. Margarita, en cambio, contrajo nupcias también con el escritor mexicano Emilio Abreu Gómez, pero aun así, ella continuó usando los apellidos Paz Paredes en sus libros.
Uno de sus libros más famosos, "Voz de la tierra", fue prologado por el polígrafo hondureño Rafael Heliodoro Valle, residente también en México, en 1946. Margarita Paz Paredes, murió en la ciudad de México, en 1980, a la temprana edad de 58 años.



Valioso documento que registra la dedicatoria que Margarita Paz Paredes le hicera en su libro "Voz de la tierra" al intelectual hondureño,  Víctor Cáceres Lara, en 1946.

LIBROS HONDUREÑOS EN KOBE, JAPON

Francisco Alemán, cónsul hondureño en Kobe, Japón. 1939

En 1937, el Estado hondureño, a través de su Cancillería, nombró a Francisco Alemán, hermano mayor de Vicente Alemán, mejor conocido como Claudio Barrera, Cónsul hondureño en Japón, específicamente en la ciudad de Kobe. Francisco, sesudo lector e intelectual de gran altura, alternó sus funciones consulares con las literarias y contando con el apoyo de Marcos Carías Reyes, sobrino del gobernante hondureño de entonces y a la sazón Secretario Privado del mismo, se propuso publicar libros de autores hondureños en la ciudad de Kobe, donde residía y para ello, utilizar técnicas artesanales propias de los libreros japoneses.
Producto de esa idea, surgieron dos libros artesanales, que hoy en día, resultan unas joyas bibliográficas sin igual. Tales libros fueron: "La pregunta infinita", libro primigenio de Claudio Barrera y "Crónicas Frívolas" de Marcos Carías Reyes. Este último, lleva incorporados dibujos de Fujita, conocido pintor japones de ese tiempo, lo que reviste  al libro de un mayor valor e interés. Ambos libros fueron publicados en 1939 y hoy constituyen, piezas de valor extraordinario en nuestra bibliografía.





Francisca Puig de Coderch: Dama de la novela rosa hondureña

Fotografía de la novelista,  El Salvador, 1943

Nació esta exponente de la novela rosa, en Barcelona, en 1893. En 1907, se traslada de España a El Salvador, en compañía de sus padres. En 1914, viviendo en ese país, contrae matrimonio con el también español, Adolfo Coderch y allí, nacerían dos de sus hijas. En 1944, el matrimonio Coderch Puig, arriba a Tegucigalpa, y ella adquiere la ciudadanía hondureña en 1946. Es en nuestro país, que doña Francisca, comienza su vida literaria, publicando cuentos en revistas y periódicos de la época, tales como “La Lectura” y “Diario Comercial”, así como en la revista cubana “Variedades”. En 1948, publica en México, en la Editorial “Albatros”, la primera de sus novelas: “Amarga Victoria”, cuya reseña, en el país, le correspondería a la intelectual hondureña, Mercedes Laínez de Blanco. Otra de sus novelas, “El gran amor de un Rajá”, fue también publicada en México, en 1949, teniendo una gran acogida entre los lectores nacionales.Posteriormente, publicaría también en México, una tercera novela titulada "Cuando el amor vuelve", en 1951. La narrativa de Francisca Puig de Coderch, puede encasillarse en la corriente de las llamadas “novelas del corazón” que tan de moda estaban en esa época. Murió en Tegucigalpa, el 4 de marzo de 1972.



                                                              Editorial "Albatros", México, 1948