domingo, 11 de marzo de 2012

JOSE GONZALEZ: SUICIDIOS FAMILIARES

                                     



VIRGINIA WOLF

En la noche
ella  escribió una carta de despedida.
Su grafía no se notaba nerviosa;
mas bien, extraña.
Echó piedras en sus bolsas
y    
con paso suicida entró a las aguas.

Las burbujas de su último aliento
salieron a flote y se dispersaron para siempre.

KETCHUM

Estoy parado frente a la casa de Ernest  Hemingway.
Soy uno de los tantos turistas
que hemos venido a espiar sus recuerdos,
a pagar unas cuantas monedas
por ver otra vez
los espejos de su  barba mortal.
El guía nos dice unas cuantas cosas
(los guías siempre dicen cosas)
y comenzamos la aventura
de visitar el pasado:
aquí están sus cartas,
aquí sus botas, las botellas vacías,
sus libros de cabecera, las pieles de tigres sorprendidos,
            las cabezas de toros  apiladas y sucias,
aquí las cañas de pescar y su escopeta.

            Al salir,
creo escuchar de nuevo el mismo disparo.
Hemingway ha vuelto a la vida.


LA PAGODA DE ORO

Cuando sintió el filo de la espada
penetrando sus carnes,
Yukio Mishima
ya estaba muerto.

Entonces se derrumbaron sus recuerdos
como castillos de naipes.

El marinero que perdió la gracia del mar,
apareció para verlo,
 para decirle adiós.

Era el día final
de su vida final.


KAMIKAZES

Los kamikazes
eran  los pájaros suicidas
de su tiempo.
Dominaban el aire
como plaga de langostas.
Nada les importaba el amor,
las buenas costumbres.
Ellos amaban sus aviones,
sus vuelos nocturnos,
el olor del fuel enemigo.

Los kamikazes,
rezaban en secreto,
bebían  sake
y volaban para no volver.

Así era su vida,
así era su muerte.


MARILYN MONROE

Si no existieran las pastillas barbitúricas,
ella no estaría muerta.
Estaría filmando otra película rosa.


2012

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